martes, 22 de marzo de 2011

Sigamos corriendo Caro ~

Bueno esto es algo que escribí hace un buen tiempo.. para los juegos florales de mi cole. No gané pero me saqué 18 ~ : 3 y eso~

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Sigamos corriendo Caro ~

Corre, CORRE! , gritábamos entre exageradas risas.

El suelo estaba tan resbaloso que cada paso que dábamos se tornaba cada vez más peligroso. La lluvia caía a mares y estábamos empapados.
Seguíamos corriendo sin parar, matándonos de risa, tropezando con cada paso, bailando con el viento, ahogándonos de risa, cagándonos de risa. Huyendo a cualquier parte, nada importaba, estábamos, yo diría con una intensa y severa sobredosis de felicidad.

-¡CORREEEE! , gritaba ella dando vueltas bajo la lluvia, totalmente llena de lodo y con el maquillaje corrido. Aún así se veía hermosa, la luz de los postes se reflejaba en sus ojos y lo hacía ver más grandes aún.
En una de sus vueltas resbaló y cayó bruscamente contra el sucio y frío suelo.

Silencio.

Nada más las bocinas de los autos de oían. Ni siquiera me percaté del sonido mi propia respiración.
Frené en seco y esperé un rato jadeando, sonriente.

No se movía y la lluvia seguía cayendo...
La risa y la extrema y a la vez
random felicidad que hace un momento era lo único que existía en nuestras mentes de un momento a otro paró.

Me acerqué rápidamente hacia su cuerpo, que yacía inmóvil sobre la acera y le empecé a hacer cosquillas muchas, muchas cosquillas pero no se movía. La cargué y caminamos juntos hasta una banca del parque. Para ese entonces la lluvia ya había cesado. Nos sentamos en la banca y recosté su rostro dormido en mi hombro y le acaricié las manos, que estaban más heladas que nunca pero no me sorprendí.

El silencio se sentía extraño y probablemente Caro estaba aburrida.

-Caro…, Caro… - le susurraba al oído mientras me atrevía a besarle la frente.

-Caro…, Caro…, linda, oye tengo algo realmente importante que contarte y sabes sería estupendo si despertaras, Caro…

La tintura roja de su empapado cabello empezaba a chorrearle por la frente y mejillas coloreándolas de un rosa suave que hacía que me den cada vez más ganas de besarla. Utilicé el pañuelo que llevaba en el cuello para limpiarla. Le limpié suavemente los ojos, la frente, las manos, el cuello y las mejillas… y ella seguía dormida. Me costaba admitir que de lo tan, pero tan feliz y explosiva que se encontraba hace veinte minutos con los cabellos rojos revueltos, los ojos negros brillando y de su cuerpo entero brincando ahora se veía tan apagada que me sentía todo un imbécil.

El celu de Caro empezó a sonar de repente y debo admitir también que no me lo esperaba, y menos a las 12:27 de la madrugada. El ringtone sonó tres veces pero Caro no atendió, ¿acaso no escuchaba? Debía de estar muy cansada pobrecita mi Caro tanto correr debió haberla mareado…

Atendí porque la verdad me estaba aburriendo y no quería quedarme dormido… ya que cuando Caro despertara seguro se iría y al final no podría hablarle adecuadamente acerca de lo que tanto ansío decirle.

Dejé a Caro sola en la banca un rato para atender el celular.

- ¿Aló…?

- ¿Carolina Andrea Villegas Campos!? – la voz al otro lado del teléfono se oía furiosa pero a la vez nerviosa.

- No… habla Diego, un amigo…

- ¿Qué? ¿Diego? , ¿me puedes pasar con Carolina por favor?

Fui rápidamente hacia la banca y le puse el teléfono a Caro en el oído. Podía oír gritos y quejas de una voz masculina. Debía de ser su padre ¿pero cómo pudo el haberse enterado de que estábamos juntos? Es decir, Caro le dijo a su padre que se quedaría a dormir a la casa de alguna amiga pero el verdadero plan era pasar toda la noche nosotros juntos, la noche sólo para nosotros, para nadie más!

Los gritos en el teléfono se oían cada vez más lejos y en eso me di cuenta de que Caro… no lo había atendido. El teléfono estaba en el piso , todo el rato estuvo allí, luego de que yo lo pusiera en sus frías manos, ella no lo atendió…

Caro… mi Caro no era la de antes, entiendo que no haya querido oír a su padre insultarla y decirle lo rara que es, lo poco normal y cuerda que es. Eso yo no lo entiendo, es más… eso es lo que hace que Caro sea la persona más especial que hay pasa mí… lo poco que se parece ella al resto es lo que la convierte en la persona más linda del mundo para mí.

En fin, la noche se pasaba muy lenta y simplemente nos quedamos sentados en la banca del parque, empapados y sucios aún. Caro seguía durmiendo sobre mi regazo mientras yo le acariciaba el cabello. Estábamos completamente solos, y la noche era la más oscura que había vivido jamás pero la luna nos iluminaba a pesar de todo. En ese momento sentí que mi corazón se estremecía, algo no estaba bien, algo no encajaba, algo faltaba. Se suponía que sería la mejor noche de todas, dónde yo le diría todo y ella me contaría todo y nos reiríamos y nos abrazaríamos y ella me besaría y yo a ella, pero ella de alguna forma estaba ausente. Pero decidí no desperdiciar la noche y eso hice, le conté todo, todo lo que podía contarle de mí, cosas que antes de conocerla no se las habría confiado a nadie. Sería nuestro secreto.

Me reía mientras le hacía saber más sobre mí, no me guardé nada de nada. Estaba limpio de secretos para ella desde ahora ♥. Mi cuerpo pedía descanso así que me recosté sobre ella y me quedé privado.

No me hubiera despertado de no ser por la alarma de mi celular que suele sonar todas las mañanas antes de ir a la universidad. Arrimé a Caro y la recosté de cuerpo entero sobre la banca para poder levantarme. La cabeza me reventaba. Miré el reloj y eran las 7:6 de la mañana así que las farmacias ya debían de estar abiertas. Pensé dejar a Caro durmiendo pero me dio pena dejarla sola así que la cargué en mi espalda y nos fuimos a buscar la farmacia más cercana. Caminamos unas pocas cuadras pero el peso de Carolina encima debo admitir que me traía algo más cansado de lo normal.

Entré a la farmacia y pregunté por unas aspirinas.

El farmacéutico sonrió al verme con Caro durmiendo en mi espalda y me preguntó si era mi novia.

- No, es mi esposa – le dije con confianza.

- ¿Está bien ella? – me preguntó – Luce muy pálida.

- Lo sé… debe de estar agotadísima… ¿tendrá algo de agua por favor?

El farmacéutico me ignoró por completo y rápidamente se acercó a nosotros con un termómetro y lo introduzco dentro de la boca de Caro.

- ¿Qué haces brother? – le grité exaltado

La expresión del farmacéutico cambió de repente

- Antonio, llama a la ambulancia ¿¡quieres!?

- ¿Brother que haces!?

- Tu amiga no respira, amigo.

Las palabras me sonaron tan crudas que empecé a temblar. ¿Ha que se refería con eso?

De un momento a otro mientras intentaba asimilar la situación , el cuerpo se me quedó inmóvil , en eso me sentí más ligero ,podía ver a Caro que se la llevaban de mi espalda y la apartaban de mí luego a los paramédicos revisándola y la demás gente mirándome con una cara de “pobre imbécil enamorado”. ¿Era eso lo que en verdad era? Quería correr hacia ella y abrazarla, reírme de los paramédicos y farmacéuticos en su cara por la estúpida equivocación que estaban cometiendo. ¿Carolina muerta?, ni cagando.

Pero mis piernas no me hacían caso, en ves de ir hacia esa dirección, mis piernas salieron de la farmacia y se aproximaron a cruzar la pista. Me movía solo. Mi corazón ya estaba destrozado, pero eso no faltó para acabar conmigo completamente. El ensordecedor sonido de la bocina de un auto reventó mis oídos, y el golpe de la parte delantera de este contra mi desalmado cuerpo fue lo que realmente bastó.


Fin.

PD: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

5 comentarios:

  1. O_O Wow O_O te juro que la he leido como 5 veces O_O me gusto mucho ^^ y no peudo creer que no hayas ganado O_O que la otra hizo un libro?

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  2. haha gracias :3 ! nosé nisiquiera quien ganó jajaja pero nosé si seguirla.. igual ya se murieron los 2 :c

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  3. puedes contar como se conocieron :)

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  4. aún no estoy segura :3 tengo algunas ideas pero nosé cual es la adecuada D:

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