viernes, 26 de agosto de 2016

Floto en un barquito sobre el negro mar, negro como la pena que me quiere arrastrar hacia su profundidad. Las olas dirigen mi destino, no hay nada que me ate ya a ningún lugar, No quiero voltear la mirada, notar que a la orilla nadie me espera, que nadie llora mi partida. Gota a gota voy sintiendo la conexión con el agua a mi al rededor, me acobijan el viento y su humedad. Sonrío al ver a lo lejos  las luces parpadear, después de esta noche  no existirá otro amanecer más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Suicidios inofensivos, supervivencias al natural.

tengo un corazón que siente demasiado hecho de hermosos diamantes brillantes bañado en oro puro resplandeciente como el sol que late al comp...