El poema que escribiste sobre mí se lo regalé a alguien más
A alguien desconocido que pudo apreciar tus palabras sin su trasfondo, que sin esfuerzos no se sintió aludido, que apreció mi belleza descrita como un cuento y con arrugas en la colita de sus ojos me dijo que se lo daría también a alguien más
Cuando la persona querida se canse de leer(nos), me gustaría que entregue tu puño y letra también a alguien más. Y que tu aliento y mi figura y el calor de las miradas y el color de los besos se impriman anónimamente en la virgen mente de aquellos
Y hacernos un huequito chiquitito allí, quizás hasta nos reciten mientras hacen el amor y nos quedemos invisibles pero eternos entre tantos de esos cuerpos.
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